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  • Gabriela Lima

El grupo K-9 de Atizapán de Zaragoza, reconocido por su labor en seguridad


Intervienen en detenciones y detección de estupefacientes. Ellos viven en Atizapán de Zaragoza y brindan apoyo en operativos de seguridad pública. Son los perros policía que pertenecen a la Unidad K-9 del Grupo de Operaciones Especiales.

Desde cachorros han recibido entrenamiento para que a lo largo de nueve años presten servicio a la sociedad de Atizapán de Zaragoza; después podrán ser reintegrados a través del sistema de adopción a una familia de la comunidad.

Inna, Kali, Bambino, Keila, Aquiles y Max y tres cachorros conforman el agrupamiento canino. Recientemente Max detectó a un hombre que había disparado una arma de fuego y aunque fue buscado por policías ministeriales en un inmueble de la demarcación, no había sido localizado, sin embargo, el gran olfato de Max lo detectó escondido en una cisterna, logrando así su detención.

Los cuatro manejadores de los caninos, saben de la importancia de la labor de sus compañeros de raza pastor belga u holandés, quienes diariamente junto a ellos entrenan dos horas para estar en forma con alto rendimiento en operativos como "mochila segura" y en transporte público.

El gobierno local ha reconocido su trabajo. Inna, por ejemplo, puede acudir a instituciones educativas y, a través de un método pasivo, localizar narcóticos como cocaína, anfetaminas y mariguana. Es entrenado con pseudo aromas sintéticos, pero nunca ha consumido droga, lo que busca es ser premiada con una pelota tras lograr el objetivo.

Kali, por su parte, ha sido entrenado para detectar armas de fuego y dólares. Demostró su capacidad para someter a un delincuente que porte arma de fuego, atendiendo las indicaciones que en francés le daba su compañero binomio. Este pastor holandés, especializado en guardia y protección, tiró al suelo a quien no bajó el arma y apuntaba a su compañero policía.

Aunque han sido capacitados en el rigor, los perros policías son amigables, no así con los delincuentes que atacan con arma de fuego. Cuando llegan a detectar lo ordenado, cambian su actitud y buscan ser recompensados con un juguete, señaló Luis Francisco López.

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