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  • Foto del escritorRedacción Dinamik

Clandestinidad y mano de obra infantil, en producción pirotécnica de Tultepec

Tultepec, Capital Nacional de la Pirotecnia, celebrará del 6 al 14 de marzo de 2020 su XXXI Feria Internacional en la que participarán pirotécnicos de Canadá, Ecuador, Francia, Italia, Paraguay y México.


En Tultepec son más de 200 años de cultura artesanal, en los que se revalora el desarrollo de la pirotecnia como una tradición popular en las cuales la magia, la luz y el color visibiliza ante el mundo a los 151 mil habitantes de este municipio del Estado de México.

Mientras Tultepec festejará el tradicional recorrido de toros pirotécnicos monumentales por el primer cuadro del municipio, también conocido como “Paseíllo”, donde cada comunidad se prepara en grupo o por familia para presentar al mejor burel en honor a San Juan de Dios, patrono de los pirotécnicos, las viviendas de miles de familias que producen en la clandestinidad los fuegos pirotécnicos guardan el secreto a voces, conocido y compartido por los propios pobladores, que es el uso de la mano de obra infantil para la fabricación de fuegos artificiales.


Las autoridades de Protección Civil del Estado de México y municipal han lanzado, previo a los festejos, un operativo de supervisión con el objetivo de reducir hasta en 85% el número de accidentes provocados por la pirotecnia en lo que resta del año, motivo por el cual el Ayuntamiento de Tultepec aprobó el pasado 10 de febrero 2020 el procedimiento para inspección y verificación a la actividad industrial o comercial incluida la fabricación, almacenamiento, transportación y venta de artificios pirotécnicos.


El mensaje oficial es que esa actividad artesanal que le da identidad y sentido de pertenencia a Tultepec, es impulsada dentro del marco legal, sin embargo, se soslaya la venta indiscriminada de materia prima sin la supervisión de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para quienes acudan a la Ciudad de México a la empresa de razón social Tlapalería Hernández Arroyo, propiedad de Antonio Trujano, donde obtienen los implementos de fabricación sin ninguna aprobación ni observación de alguna autoridad federal, estatal o municipal.


Y mientras, el trabajo de la clandestinidad y el uso de la mano de obra infantil fabrican artificios pirotécnicos, se produce una cadena humana productora que alimenta a los grandes concentrados de comercialización de este tipo de artesanía, y aún a los productores medianos legalmente establecidos, quienes en los próximos días celebrarán con música, baile y elevación de monumentales globos de cantolla, la Feria Internacional de Tultepec.


Un artesano establecido, integrante de la cuarta generación de una de las familias oriundas de la localidad y productores de pirotecnia, de quien se omite su nombre a solicitud, refirió que el Instituto Mexiquense de la Pirotecnia "es un elefante blanco". No hay capacitación, vienen y nos dejan unos calendarios para conocer las fiestas patronales que se realizarán en el país y uno pueda participar."Aquí no hay más capacitación que uno mismo".



"Aquí en la zona (Saucera) y en el mercado San Pablito estamos legalizados no más de 500, pero allá en la zona urbana, hay como 10 mil que trabajan en sus casas y nadie los supervisa ni inspecciona. La autoridad lo sabe".


"Usted está legalizado y en la zona de producción no puede haber menores de edad, pero ahí va el pendejismo como padre...vámonos en caravana todos. En los talleres clandestinos trabajan muchos niños", aseguró el entrevistado al indicar que la clandestinidad se da en los propias viviendas de los pobladores, principalmente de la zona urbana de la localidad.


"Es donde más ha habido accidentes, en la clandestinidad y la autoridad se hace de la vista gorda...han muerto niños, pero han sido más adultos".


Ellos al igual que nosotros compran donde le digo, y les venden sin permiso y producen, sin permiso. Esta comercializadora antes importaba de Alemania, ahora trae material asiático, "nos dan a lo chino y lo trabajamos a lo cochino", señaló el artesano quien externó que se les vende todo tipo de insumos. Libremente usted puede comprar menos de 10 kilos sin ningún permiso o toneladas, según se economía. "Si no puede, compra 10, 15 kilitos de pólvora y se va en su transporte público".


Habló orgulloso del oficio transmitido de generación en generación y del trabajo que representa "para que quede una pólvora bonita", sin embargo hablo del castigo de precios por grupos que concentran la comercialización.


"Los clandestinos trabajan y van a ofrecer sus productos a los legalizados, por ejemplo un paquete de cohetes vale 35 pesos, tengo 80 ó 100 paquetes y pasa con el capitalista...qué pasó mi hermano, estás soñando vino Pancho Ramírez y me los dejaba en 30 pesos y no se los quise comprar y a la de malas va con uno y con otro y nada, vuelve a ir con el primero y le dice vino Juan Contreras y les dio a 28, quieres 28 pesos, tráemelos...es el mercado negro y hay políticos locales en eso, todos lo saben", aseveró.




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