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  • Foto del escritorRedacción Dinamik

¿Por qué sismos de baja magnitud en Valle de México?


El Valle de México está atravesado por una serie de fallas geológicas (ya cartografiadas por el Instituto de Geología (IGL) de la UNAM) que cuando son activadas por acumulación de esfuerzos, dan lugar a la sismicidad local, explicó Luis Quintanar Robles, investigador del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.

Se ha dicho que el desmedido crecimiento inmobiliario de los últimos tiempos en esta urbe podría tener algún nexo con la ocurrencia de estos sismos. Al respecto, Leonardo Ramírez, investigador del Instituto de Ingeniería (II), realiza un estudio para saber si la intensidad con que la gente los siente está influida por la proximidad de grandes edificios.

Estos sismos locales son de baja magnitud debido a que la longitud de las fallas que los originan no es tan grande como la de las fallas localizadas en las costas del Pacífico. Las fallas del subsuelo del Valle de México existen desde hace miles de años.

Anteriormente si un sismo de baja magnitud golpeaba una zona poco habitada pasaba inadvertido, pero en la actualidad el Valle de México está densamente poblado, así que cualquier sismo que ocurra aquí, por leve que sea, se sentirá por una parte de la población proporcionalmente mayor.

Hoy en día tiembla igual que antes, pero la capacidad de detección ha aumentado en los últimos años, por eso se reportan más sismos de baja magnitud dentro del Valle de México”, subrayó Quintanar Robles.

Los sismos originados en el Valle de México son muy superficiales: no alcanzan más allá de los cinco o 10 kilómetros de profundidad, a diferencia de los costeros, que pueden alcanzar una profundidad de 30 y hasta 50 kilómetros.

Desde la puesta en marcha de la Red Sísmica del Valle de México, en 1995, se ha visto que los sismos locales ocurren con más frecuencia en la zona Oriente de la Ciudad de México, sobre todo en las alcaldías de Tláhuac y Milpa Alta, y en los municipios de Texcoco e Ixtapaluca, en el Estado de México.

También se presentan, aunque con menos frecuencia, en Álvaro Obregón (Poniente), específicamente en las colonias Lomas de Tarango y Lomas de Becerra. Y en Coyoacán, Benito Juárez y Miguel Hidalgo, zona Centro.

Es importante que la población conozca las características del subsuelo de la zona donde vive, que revise los muros y las columnas de sus hogares, y si aparecen grietas, las repare de inmediato para evitar que en caso de un sismo muy grande sufran daños mayores, recomendó.

La magnitud de los sismos locales en la Ciudad de México oscila entre 2, 2.1, y 3.3 o 3.4 (para aludir a la magnitud de un sismo, desde hace años ya no se usa la escala Richter ni se habla de grados.

“La mayoría son de magnitud 2, 2.1, 2.2 o 2.3, por lo cual, fuera de su limitada área de influencia –que puede ser de unos dos o tres kilómetros a la redonda–, no son sentidos por nadie más”, remarcó el universitario.

En cuanto a su duración, es muy breve: de tres, cuatro o cinco segundos. Debe recordarse que la duración de un sismo está en relación directa con su magnitud: entre más alta sea, más tiempo durará, y viceversa.


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